Alejandra González, César Sáez.
JI3 2012, número 2, páginas 45-48/em>
Abstract
La universidad está inserta en un mundo con alto crecimiento económico y poblacional, fenómeno que incentiva el consumo excesivo, provocando un gran impacto en la capacidad de producción de recursos en el planeta. Por esta razón, se han creado diferentes indicadores que permiten cuantificar cuánto se está afectando al planeta, siendo la Huella Ecológica (HE) uno de ellos. La HE es una herramienta que agrupa varios tipos de consumo y los traduce en hectáreas biológicamente productivas necesarias para la mantencion de bienes y servicios. A pesar de que cálculos de indicadores como la HE se generan constantemente en otros países (EE.UU., Inglaterra, etc.) existen casos nacionales que son importantes de destacar. En el año 1998 Mathis Wackernagel, creador de la HE, realizó un estudio para la ilustre Municipalidad de Santiago, Chile, con el objetivo de calcular la Huella para la ciudad de Santiago [1]. Casi una década despues, en el año 2007, la estudiante Silvia Mabel junto con el profesor Jonathan Barton de la Ponrtificia Universidad Católica (UC), realizaron una evaluación similar [2]. Debido a que la UC es una de las universidades más respetadas del país, es necesario que sea partícipe de este cambio hacia un mundo más sano y equilibrado, y que a su vez se transforme en ejemplo para otras universidades e instituciones. Considerando que la Huella Ecológica es un indicador que permite comunicar fácilmente los impactos, se decidió realizar la primera evaluación de este indicador en el campus San Joaquín, con el objetivo de evidenciar los impactos preliminares para el año 2009 relacionados a los consumos de energía, transporte, agua, papel, gas natural, café, residuos generados y superficie de construcción.